martes, febrero 12, 2008

ASPECTOS BIOÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA MANIPULACIÓN DE EMBRIONES




Esta vez he optado por publicar una ponencia que elaboré en septiembre de 2006, cuyo objeto era su publicación en el Segundo Congreso de Abogados Iberoamericanos (1), relacionada con la Bioética y en especial con la manipulación de embriones; tema en el que me inspiró el filósofo alemán -de la Escuela de Frankfurt- Jürgen Habermas, quien en su obra "El Futuro de la Naturaleza Humana" (2) expone una teoría cercana a lo que considero más apropiado para la humanidad frente al enorme y siempre creciente radio de poder que estamos adquiriendo gracias al desarrollo de la ciencia y la tecnología.





Los dejo con el artículo.





INTRODUCCIÓN
Hoy en día somos espectadores de los vertiginosos cambios que la ciencia y la tecnología le permiten hacer al ser humano, a causa de verse ampliado su radio de acción sobre la naturaleza.
Ahora, sin duda, aquella de las naturalezas intervenidas -o propensas a serlo- que más nos debe llamar la atención es la humana, puesto que se encuentra en juego nuestro destino como especie sobre la tierra y el tipo de relaciones intersubjetivas entre los humanos, existiendo ya una potencial mutación de los elementos matrices que nos rijan a todo nivel.
Cabe señalar que el objetivo primario de la presente –y por lo demás breve- ponencia es llamar a la discusión y reflexión sobre este tema, el cual difícilmente podrá verse tratado exhaustivamente, de modo que la idea es que nuestra comunidad, preocupada de nuestro entorno y destino, dialogue constructivamente y seamos protagonistas informados con opinión acerca de los cauces que nos corresponde tomar como especie, haciendo primar los derechos humanos y todos aquellos principios que no pueden ser tranzados bajo el engaño de un objetivo tendiente a llevarnos a una peligrosa evolución.

DELIMITACIÓN DEL TEMA
La intitulación del tema aquí a desarrollar, aparece amplio y acreedor de un tratamiento extenso, o en su defecto breve y apuntado a diversos tópicos. Sin embargo, se restringirá a las manipulaciones en procura de modificar el contenido genético de los embriones, lo cual aparta otras prácticas como la clonación, la que no obstante, será cuestionada concisamente por tratarse de un tema bastante instaurado en la palestra.


BIOÉTICA
La bioética, su concepto, se introdujo en la década de los 70´, surgiendo como una insoslayable necesidad por defender los derechos de la persona humana frente a los excesos de la revolución científica y técnica.
Las primeras grandes aberraciones en contra del hombre, a nivel científico, se pudieron observar durante la plenitud de la Segunda Guerra Mundial, donde se practicaron investigaciones y experimentos con seres humanos que fueron cosificados, eliminando totalmente la consideración a su esencia humana y su dignidad.
En respuesta a esto, fue que se han dictado numerosos documentos internacionales, de los cuales existen dos que constituyen la base de las normas morales contemporáneas: el Código de Nuremberg y la Promesa de Ginebra, dictados en 1947 y 1948.
Posteriormente, la oleada del espíritu mercantilista invadió inexorablemente a la ciencia médica, de tal forma que su enorme poder actual y venidero se terminó en redirigir desde las finalidades únicamente científicas y de engrosamiento del patrimonio del conocimiento hacia sus posibilidades de lucro dentro de un mercado con límites difusos. Esto, sin desconocer el deseo que pudiere existir por parte de algún gobierno por hacer de las ciencias médicas y biológicas un potente aliado del cual valerse para alimentar algún espurio deseo de tipo político.
Ahora, bioética no se entiende como una disciplina nueva que resulta de licuar la medicina o la biología con los principios de la ética y moral; más bien se trata de una disciplina intersticial que se filtra entre medio de todas las ciencias y ámbitos en que se requiere de ella: lo jurídico, lo médico, lo sociológico, lo ético, etc.
El método de la bioética, para indagar en la solución de un conflicto es el dialogo, por lo que llamo a los lectores a discutir el tema, criticándolo, opinando y proponiendo, de modo de motivar este sistema y ampliarlo a los demás temas y generar una conciencia crítica en nuestra sociedad, la cual debe despertar y entronizarse de lleno en temas trascendentales cuya delimitación será crucial para lo que deseemos para nosotros. Esto es imperativo, las ciencias y la tecnología avanzan más rápido de lo que tardamos en discutir algo…de ahí que en una mente colectiva amodorrada sea fácil que estos temas en vez de criticarse se acepten como parte de una realidad fantástica y legitimada de una falsa neutralidad.

DESARROLLO DEL TEMA
El descubrimiento del genoma humano y el gran avance de las ciencias han abierto las puertas a prácticas y posibilidades que antes sólo constituían sueños. La técnica en cuestión y que nos convoca a reflexionar dice relación con la posibilidad de modificar el contenido genético de un ser humano en su estado embrionario.
El ser humano, de hecho, ya ha imaginado plenamente la posibilidad futura de una sociedad donde la determinación genética a voluntad sea una práctica aceptada e institucional, así como fuente de discriminaciones: he ahí “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley, y el filme “Gataca”, dos obras de anticipación (más que de ciencia ficción) que recomiendo a quien se interese en el tema. La hipótesis de vivir en un mundo donde los seres sean privilegiados y discriminados por su contenido genético es aterradora, y lo patético se incrementa cuando los “seres superiores” –que son parte de una élite- lo son por determinaciones genéticas inducidas por terceros (¿Y si sólo la gente con ciertas circunstancias, llámese dinero o pertenencia a un círculo social, pudiese acceder al servicio de cambiar el material genético de sus futuros retoños?).
Ciertamente está en juego el futuro de la naturaleza humana, como bien lo dice Jürgen Habermas. Debemos tener una posición firme frente al tema, para hacer prevalecer los Derechos Humanos y la dignidad humana.
Luego, es menester señalar que las posturas relativas al tema van más allá de una simple dicotomía blanco-negro. Si se habla de manipulación genética de embriones, hay que analizar el tipo de mutación que se va a efectuar. En efecto, la intervención puede ser dirigida a buscar la desaparición de enfermedades por medio de la modificación de los genes defectuosos; el otro uso de la intervención busca el mejoramiento de aspectos normales de un individuo.
Ciertamente, la primera práctica es más aceptada que la segunda, pero será una tarea difícil y pendiente la de delimitar ambos campos a fin de no confundir una cura con una mejora.
Ahora ¿Por qué el mejoramiento de un individuo normal no tiene legitimidad entre algunos miembros de las comunidades intelectuales?
La intervención que busque sanar a un individuo de una enfermedad seria resulta loable y aceptable en cuanto posibilita a un ser el vivir en condiciones viables y más cercanas a la normalidad (lo cual se acentúa aun más en países donde se ha creado “el derecho a no haber nacido malformado”).
Además se puede decir que este fin científico, médico y humano se encuentran en consonancia con la solidaridad y cooperación internacionales, conforme a lo cual los países deben avanzar mancomunadamente en el desarrollo de la ciencia, identificando y previniendo enfermedades genéticas.
En fin, la manipulación que previene y cura enfermedades busca que un individuo cuyo estado natural genético predeterminado y defectuoso pueda librarse de acarrear males que le signifiquen el vivir con enfermedades invalidantes o supresoras de condiciones de normalidad vital.
Por otro lado, se encuentra aquella manipulación cuyo objetivo radica en el mejorar elementos normales o naturales dentro del patrimonio genético de un individuo. En este ámbito de acción se pueden encontrar una serie de reparos que nos deben hacer reflexionar acerca de la peligrosidad que puede significar el aceptar este mecanismo. Se puede señalar que para un sujeto es deseable el vivir lo más cerca posible de la normalidad producto de una corrección genética por medio de la cual se le exoneró de una carga enfermiza; pero cuando hablamos de mutar condiciones normales por algo distinto o mejor…
El ser humano cuando llega a cierta edad de su vida, es capaz de hacer un análisis retrospectivo de su vida y aceptar todas sus características como sujeto, entiéndase la educación que recibió, el tipo de crianza, los límites paternales, alimentación, etc. Es decir, todos aquellos factores que pudieron haber intervenido en la forma cómo es y quién es se acatan o aceptan, se concientizan y se piensa que todo lo que suceda a futuro desde ahora es de plena responsabilidad individual y que los sucesos negativos que pudieron haber acaecido en el pretérito no tienen porque repetirse. Por lo menos este es el proceso común de madurez por el que pasa la generalidad, y estamos hablando de la injerencia en una persona de factores de la vida diaria, legitimados como parte de nuestra cultura. La pregunta surge en el instante en que debemos imaginarnos de qué modo un ser puede hacer este proceso si el contenido genético que lo constituye fue determinado por el Estado, su padre, el científico “X”, o cualquier otro tercero: ciertamente uno se sentiría violentado en su naturaleza, pues se ha sido determinado según los propósitos de un tercero ajeno a su propia individualidad. Luego imagínese que el padre del ser manipulado deseaba que su hijo fuese matemático, o un gran atleta; existe una cercenamiento de la libertad personal para decidir que hacer con la vida, o pensemos que el Estado requiere de super hombres en pos de crear un ejército para una eventual Tercera Guerra Mundial…todos esos militares no habrán de ser más que un fusil o granada más: serían meros objetos, seres utilizados para un fin ajeno a su destino.
Como se puede apreciar, existe una arbitrariedad violenta y cosificadora en contra del individuo que sea objeto de este tipo de manipulación. Ni aun en la hipótesis de buscar una mejor raza este tipo de intervención encuentra un espacio para ser aceptada, pues un mejoramiento será un proceso que caerá en discriminar a los no manipulados de los mejorados, tomados estos últimos como los más aptos para ocupar los trabajos, o las tareas más importantes. Además esas mejoras raciales siempre serían limitadas a ciertos individuos: a los miembros de ciertos Estados que cuentan con la tecnología, o a las familias donde existe el suficiente capital para mejorar la calidad genética de su prole, etc.
LA CLONACIÓN
Para finalizar, dos palabras acerca de la clonación. Suponiendo por parte de los lectores el conocimiento acerca de como se genera un clon, no cabe duda que el nuevo ser derivado de esta práctica ve violados derechos esenciales: su derecho a la identidad e individualidad. Como el sujeto clonado pasa a ser la reproducción idéntica de otro individuo, la respuesta social y por tanto sus relaciones intersubjetivas se verán por siempre teñidas por el fantasma –muerto o presente- de cual deriva. Ningún sujeto de derechos puede ver mermada su identidad a este nivel, sin dejar de señalar que también puede aparecer en este tema los ya denominados fines cosificadores, por transformar a un individuo en un instrumento para el logro de ciertos fines. Colocando nuevamente el ejemplo anterior, un Estado puede desear crear 1000 clones de un soldado de rendimiento deseable: todos esos clones serían, del mismo modo, meros medios para un fin institucional.
De esta manera, la clonación es una práctica científica que no debería abarcar a los seres humanos.


CONCLUSIÓN
Simplemente, a modo de término, expresaré que esta parte de la ponencia la dejo a cargo de los participantes del foro que se generará. Dejo presente una vez más, que la única intención es la de generar un espacio de discusión en torno a temas que no pueden ser desconocidos por nuestras sociedades. Ruego disculparme por no citar a bibliografía, pues he escrito esta ponencia en un lugar muy lejano a mi domicilio a causa de encontrarme tramitando la obtención de m título de abogado. Sin más, muchas gracias por contar con este espacio de expresión.

Notas:



2. "El Futuro de la Naturaleza Humana" (¿Hacia una Eugenesia Liberal?), Jürgen Habermas, Editorial Paidós, 2002.