domingo, febrero 27, 2011

Gastar la Felpa

Evocaré esta esta vez un breve relato que se me grabó por lo significativo, pues tiene que ver con la actitud hacia la vida.
En un casa solidaria, de estas de acogida, el sacerdote que la comandaba y administraba recibió de una familia un confortable sofá de living de regalo, señalándole que perteneció desde hace muchos años a sus padres, los cuales ya habían fallecido. Éste era común y corriente, de 3 cuerpos, y cubierto de un género. El párroco pensó lo obvio, "si ésto se regala es por lo viejo y usado, debiendo ese género cubrir lo gastado del material del sofá". Cuando se prestó a sacar esa cubierta de tela blanca de pura curiosidad, que en realidad ni había que cambiarla ni lavar, se encontró con una gran sorpresa, que lo llevó a caer en la blandura y confort del mismo mueble...la felpa estaba intacta, como si lo hubieran traido de la misma fábrica. En ese impacto meditabundo, una sóla reflexión se agolpó en su mente: "En la vida, es un deber gastar la felpa". 
Esa familia que decidió comprar el sofá, lo hizo con el fin de usarlo para lo que sirve, y en ese uso se debe difrutar de las bondades de artículo, gastarlo como corresponde, sentarse y sentir la comodidad de la felpa que cubre el sofá, en lo que irremediablemente -sabemos- se manchará, estropeará, etc. Asimismo, debemos gastarnos la felpa en nuestras vidas, estamos aquí no para acorazarnos de un género protector, para que nos pase nada, y evitar todo tipo de cosas incómodas, ni para vivir por la senda del mínimo esfuerzo. Debemos descrestarnos en cada cosa que hagamos, no en el sentido de matarnos, sino de poner nuestra motivación, entusiasmo (pequeño Dios dentro nuestro) e interés en lo que hacemos, no siendo un imperativo absoluto el hacer grandes maravillas u obras, "basta con hacer extraordinariamente bien las pequeñas cosas de la vida".