jueves, marzo 28, 2013

La Vida es un Velero

Somos muchos los que pretendemos lograr cosas, ponernos metas y objetivos con miras a mejorar, en lo que sea...
Cuántas veces hemos planificado y ordenado las fichas, pero llega una mano traviesa y desordena el gallinero, moviéndonos el piso y llevándonos al abandono angustioso de la incertidumbre.
La vida no es más que un ligero velero en la inmensidad del océano, y sus circunstancias una juguetona brisa que te podrá llevar algún tiempo programadamente según como colocaste la vela...pero pasado un tiempo cambiará el viento y todo ese derrotero será destruido cruelmente, bajo la sonrisa o la risa burlesca del presente, que le da novedades al futuro, aburrido ya de tanta rutina.

Buscas la tranquilidad cierta del orden beneficioso, pero la vida es más que eso: la vida está hecha para complicarte, ponerte a prueba, quebrarte, angustiarte, sorprenderte, crecer; después de todo, puede que no seamos más que parte de un cruel experimento...si tú fueras el científico, claro que preferirías una muestra de examen entretenida.

John Lenon ya lo dijo: "La vida es aquello que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes"

domingo, marzo 24, 2013

Evitando el Consumismo

Siguiendo esta vez las ideas de don Luis Eduardo Thayer (Humanizar a Chile), debemos concebir al consumismo como uno de los causantes de la desnaturalización humana, pues reduce el horizonte de la vida a la ambición de ser por lo que se tiene y no por lo que se es.

Cómo combatirlo: fortalecer el espíritu para recuperar el equilibrio quebrantado por el "embrujamiento" del afán materialista. El consumismo en sí es una verdadera enfermedad, para la cual -así como el resto de enfermedades y vicios de esta naturaleza- hay tres grandes herramientas: el espíritu, la razón y la voluntad.

El espíritu y la razón son capaces de crear infinitas recetas, por ejemplo, antes de comprar algo Ud. puede formularse las siguientes preguntas:
  

¿Para qué me sirve?

¿De verdad lo necesito?

¿Cuántas veces lo voy a ocupar?



Asimismo, Ud. puede hacer en su casa una revisión de las cosas que ha comprado en los últimos 6 meses, y hacerse iguales preguntas: ¿Esto me sirvió? ¿Cuántas veces lo ocupe?

Ahora bien, a nivel social la cosa se complejiza. He ahí como los individuos compiten entre sí por tener más, y eso vaya cómo se contagia y se asenta en nuestras costumbres como algo aceptado y hasta valioso. Es más difícil el combate social de este mal, que no tiene la misma dimensión como el "dejar de fumar" o "dejar el trago"...aquí se requiere un fuerte cambio cultural que pasa necesariamente por una profunda labor de comunicación, educación y reeducación. Intentar caminos coercitivos en esta materia es inoficioso, además que lo propagandístico es inútil frente a toda la invasión publicitaria que atornilla hacia el otro sentido.

Debemos buscar como introducir el bicho del "anticonsumismo" en la cultura social por medio del debate público, y -claro- muchos otros medios que debemos colocarlos en acción para que recuperemos la veradera naturaleza ontológica del ser humano, desbrozada de todo elemento ajeno, como la tonelada de bienes con los que busca rodearse como vía de obtener un vacío estatus y prestigio.

domingo, marzo 17, 2013

Un Acto Poético

La sociedad y las personas siguen patrones de conducta de acuerdo a los valores, reflejos e intereses que se dan en cada época.

Cuando esas tendencias o actos reflejos sociales son esencialmente dañinos, el individuo debe ser capaz, primero de ser lo suficientemente agudo o voluntarioso para detectarlo, y luego de hacer un esfuerzo y romper con el impulso forzado, para realizar otra conducta -casi desadaptada o vista como inadecuada por el vulgo- que se dirige hacia el cumplimiento de valores fuera de moda, pero más valiosos para la convicción del sujeto rebelde: eso se llama Acto Poético, como decía Humberto Maturana, el acto de "detener la máquina".

A nivel social, el culto al consumo nos lleva a tratar de ser buenos recaudadores de dinero, para abultar el patrimonio y contar con mas pseudo comodidades o hacerle la competencia al automóvil del amigo o vecino, etc, etc. Cambiar una actividad laboral adicional para darle tiempo a la familia, por ejemplo, es para mi un claro Acto Poético.

Dentro de lo individual, todos los días vemos como gente se autoflagela por seguir los dictados del EGO, pesado grillete amante del orgullo y de la tozudez, que la generalidad estima adecuado o "digno" seguirlo al momento que la imagen personal o ciertos derechos se ven conculcados. Del mismo modo, cualquier acto que deje de lado el ego personal, para decantar las cosas y tomar una decisión diferente es un extraordinario Acto Poético que supera los peligrosos mandatos del "yo orgulloso".

Acto Poético, una vez al día que sea, y como cambiarían las cosas.