sábado, mayo 12, 2012

Nanas, el dolor de la verdad

Hacía rato que un sólo hecho bornoso no traía consigo tanto material de discusión: Canal 13 y su noticiero de remozado formato exhibieron un reportaje titulado "Nanas... ¿Por qué yo no?", el que estaba mostrando en carne viva la monumental hipocresía de colegios católicos del sector oriente de Santiago, patronos de un acervo moral inmaculado, discriminando sin fundamento válido ni ético a una mujer con vestimenta de empleada de casa particular, quien solo tenía el normal interés de matricular a su hija en las distintas instituciones. Se indica que la cúpula de la estación televisiva habría dado orden de censurar el reportaje, situación que provoca otro vomitivo hito en la historia de la censura en Chile, país con un  triste historial en materia de acallamiento y trato pueril a su población en materia de libertad de expresión (ver informes de Human Right Watch).

En cuanto a la calidad del reportaje, se trata del típico formato del periodista Emilio Sutherland, con cámaras ocultas y actores que buscan la reacción natural y espontánea de los sujetos bajo observación. Es un resultado genuino y natural del objeto del reportaje, por lo que no se puede decir que lo mostrado por los colegios corresponde a una "cara inexistente", como se leyó por ahí en un comentario Facebook de dudosa imparcialidad. Puede ud. criticar como desee la calidad periodística, pero lo manifestado por las instituciones correspondería a la  realidad.

Sobre la discriminación, es realmente vergonzoso, no importa si los porteros son funcionarios obligados a filtrar lo que piensan "inadecuado" o "improcedente", lo que interesa en el fondo es el valor que inspira al colegio en cuanto a los miembros que la pueden integrar. Más que instituciones educacionales son clubes o círculos de gente ABC1, herméticas y con reglas no para ser los mejores, sino para impedir el ingreso de todo aquello que pueda amenazar su comodidad estética y clasista. No son inclusivos, sino exclusivos pero en el sentido más peyorativo, con la más alta preocupación de los padres que sus hijos no se vayan a mezclar "con gente de malos hábitos", de "una realidad más dura" o "con otros valores" (¡ja!)

Y acerca de la censura...no nos sorprendamos, hace rato Chile sabe que los bebes no los trae una cigüeña desde París. La censura está presente y silenciosa todos los días, todo el día, institucionalizada en líneas editoriales, tijeras y mordazas que no nos dejan ver la verdad. Rabia, impotencia de no poder saber la verdad, sino tener que conformarse con un moldeamiento de las cosas, manipulación visual y entrega de juicios con apariencia de afirmaciones.

Este reportaje conllevó la renuncia de funcionarios del área de prensa de Canal 13: cuántos trabajadores más deberán dejar su trabajo por perseguir sus ideales y mostrar las cosas como son. La verdad duele, el problema es que cuando duele a los poderosos, éstos se transforman en niños despechados que a punta de pataletas quieren a toda costa el dulce, pasando a llevar valores, trabajos, dignidad....todo.

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