viernes, agosto 12, 2022

Bien Común Versus Interés Personal en los Procesos Sociopolíticos

 

¿Cómo podríamos aportar en los procesos sociopolíticos desde nuestra visión espiritual?




"Seguro muchos habéis visto Braveheart, o Corazón Valiente. En esa película, Mel Gibson, William Wallace, se levanta ante las barbaridades que están haciendo los ingleses, que han invadido Escocia. Conmovido por el dolor que el mismo está viviendo y la gente de su alrededor, se levanta, lo hace con su corazón libre, le hizo caso a su padre: “tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso”, y se puso al frente, encabezó una revolución contra los ingleses. Nadie creía en él, muy pocos lo hicieron, pero el entusiasmo era tal que empezaron a ganarle la batalla a los ingleses, contra todo pronósticos: unos pocos le ganaban a los ingleses.
Eso hizo que a William Wallace se le empezara a unir más gente. En la película se ve bien, que de los que se les van uniendo, muchos de ellos no lo hacen a la causa, sino a ver qué puedo sacar yo de esto.
Ahí hay un choque, “todos van al campo de batalla”, pero unos van a dar lo mejor de sí, para los demás, y otros van a ver qué tajada puedo yo sacar de este lío. Así, hay un momento en la película en que la contradicción se hace patente, y aquellos que se han acercado a Wallace buscando lo suyo, que le llaman los negociadores, por que le dicen que “hay que negociar con los ingleses”, y William les dice “¿Hay que negociar con los ingleses? ¡A los ingleses lo que tenemos que echarlos de Escocia!”, y ellos insisten diciéndole que como le estaban pegando a los ingleses y estaban débiles, es el momento de negociar, hacer un pacto de paz y lograr tierras para nosotros, títulos nobiliarios, prebendas y privilegios, y Wallace los mandó a freír espárragos obviamente, porque él no está para conseguir tierra para él ni las demás cosas, sino para liberar a su pueblo de la opresión.
Sucede que los ingleses no pueden con él, pero los negociadores sí, pues como están en su bando, lo traicionan, y le tienden una trampa para que lo capturen, y muere en tortura, gritando libertad, que es como concluye la película.

Y esto porque lo cuento: porque es la historia de los movimientos sociopolíticos humanos, siempre hay gente de corazón, y siempre hay negociadores. Siempre hay gente que de corazón, de verdad, genuina y auténticamente hay algo que le mueve ante la injusticia, ante la opresión, ante la miseria, y están los que van pegaditos a lo que les conviene para ver “qué yo saco de aquí”.

Repasad todas las revoluciones: EN TODAS HA PASADO LO MISMO.

Y mientras que esta humanidad siga siendo la que es, seguirá pasando igual, porque las personas que van de corazón jamás van a utilizar las estrategias, las trampas, y las traiciones de los que van a por ellos.
Por eso precisamente las tradiciones espirituales nos dicen que esta humanidad tiene un final (no del mundo, ni de la humanidad, sino de esta generación).
Es imposible que haya una nueva humanidad, en la que haya almas encarnadas, que por su bajo estado de consciencia sigan siendo negociadores, es decir, sigan siendo los que van a lo suyo. Porque pueden haber 10 mil que estén actuando de corazón, y uno que vaya a los suyo y eche todo abajo, pues mientras haya ese uno, utilizará la puñalada trapera, la mentira, la traición, etc., malas artes que los demás no las van a utilizar, porque de corazón ya están en otro estado de conciencia, por tanto, los movimientos sociopolíticos no sirven de nada.
Ahora bien, los que entran a ellos de corazón, les está posibilitando avanzar en su estado de consciencia, le está aportando experiencias que crecen, sembrando cosas que su alma va a recoger cuando desencarnen.

Con esto no llamo a la inacción, sino a la acción consciente. Las ideologías solo han servido para dividir, al servicio de la élite, que nos dividen en facciones, que nos engañan como a bobos porque ellos llevan la bandera roja, blanca, azul y la amarilla, e influyen por todos lados, para salirse con la suya".
(Extracto de respuesta dada por Emilio Carrillo en Festival de MCA Canal)

sábado, noviembre 09, 2019

Nosotros y Ellos

"Y ahora quiero referirme al hombre que hay en vosotros.
Porque es él, y no vuestro dios interior, ni el pigmeo que vaga en la niebla, el que conoce el crimen y el castigo del crimen.
A menudo os he oído hablar de aquel que ha cometido una mala acción como si no se tratara de uno de vosotros, sino un extraño entre vosotros y un intruso en vuestro mundo.
Pero yo digo que así como el santo y el justo no pueden ascender por encima de lo más elevado que existe en cada uno de vosotros, de igual forma, el débil y el malvado no pueden caer más bajo que el lugar que pisan vuestros pies.
Y, de la misma manera que una sola hoja no puede ponerse amarilla si no es con el  silencioso conocimiento de todo el árbol, así, el malhechor no puede hacer el mal sin el consentimiento secreto de todos vosotros.
Como en una procesión, marcháis juntos hacia vuestro dios interior.
Vosotros sois el camino y, a su vez, los caminantes.
Y, cuando uno de vosotros tropieza, cae al suelo como advertencia para los que van detrás de él, para que eviten toparse contra la misma piedra.
¡Ay! Y cae por culpa de los que iban delante de él; quienes, aunque más rápidos y de paso más seguro, no quitaron la piedra del camino.
Y escuchad también esto, aunque el mensaje pese en vuestros corazones:
El asesinado no es del todo irresponsable de su propia muerte. Y aquel al que han robado, no está exento de culpa por haber sido robado.
El justo no es inocente de las acciones del malvado.
Y el de las manos blancas no está limpio de lo que hace el delincuente.
¡Sí! El culpable es, frecuentemente, la víctima de quien ha sido perjudicado.
Y, aún más a menudo, el condenado es el que soporta las cargas del ser inocente e irreprochable.
No podéis separar al justo del injusto, ni al bueno del malo; porque ellos permanecen unidos ante la faz del sol, de la misma manera como el hilo blanco y el negro se entretejen juntos.
Y, cuando el hilo negro se rompe, el tejedor examinará la tela y también revisará el telar."
KHALIL GIBRAN: “El Profeta”, Fragmento del Capítulo “El crimen y el castigo”.


Chile, tercera semana de octubre de 2019:  se dio inicio a un movimiento social general de descontento con el Gobierno, diverso, sin partido político para algunos, conspiración internacional para otros, pero en definitiva, el germen y manifestación de este estallido de conciencia e ímpetu por pedir lo que es justo, se halla esparcido y activo en el corazón de la gran mayoría de los habitantes, que por décadas han sido las víctimas de una violencia estructural del Estado que no cede ni un ápice de sus terrenos e intereses en pos de contribuir a la justicia social y distributiva, sin dejar de recordar que este desenfreno de ambición también ha herido profundamente al ambiente y recursos naturales.
Esto se encarnó a través de numerosas y masivas manifestaciones de gente aburrida de abusos, principalmente en las calles de las distintas ciudades del país, con marchas y variadas expresiones culturales y creativas por parte de sus participantes.
Lamentablemente en estas manifestaciones se han producido muchos actos de violencia: por un lado fuerzas policiales y militares -en su oportunidad- han actuado brutalmente sobre la población, violando derechos humanos a causa de muertes, mutilaciones, torturas violaciones, y otras agresiones a los habitantes que juraron defender; por otro lado, por parte de los manifestantes, destacamos numerosos actos de vandalismo, comprendiendo saqueos, incendios y destrucciones de bienes públicos y privados, sin dejar de lado agresiones a  funcionarios policiales dentro de las grescas. 
Ahora bien, para los fines de esta entrada del Blog, nos centraremos en los juicios formulados respecto de los denominados actos de vandalismo de los manifestantes, sin desarrollar el tema de las acusaciones de montajes por parte de las fuerzas policiales y militares, lo que daría para un desarrollo especial y por separado.
 Al respecto, llama nuestra atención el hecho que muchas personas cuentan con una facilidad enorme para juzgar con rapidez y autoridad absoluta sobre los hechos del resto, motejando automática y negativamente con expresiones reiteradas de "delincuencia", entre otras de gran calibre moral.
Primeramente, aclarar que esto no es una apología a la destrucción y por nuestra parte no hay un apoyo a la violencia.
A lo que voy, es el cuestionamiento de la consciencia de los juzgadores acerca de dónde obtienen la esa tranquilidad y altura moral para sentenciar con penas infernales los actos de violencia del otro ¿Acaso no hay alguna inquietud consciente acerca de por qué estas personas llegan a manifestar ese nivel de vandalismo e ira? ¿No existe algún cuestionamiento, por superficial que sea, sobre lo que uno mismo hizo o no hizo para que llegáramos a un resultado que es general?
No podemos continuar con este individualismo salvaje inspirado e introducido a la fuerza por la doctrina neoliberal, propio de una cultura patriarcal pura, con promoción de la competencia y la guerra, para escalar a cualquier costo a la cima del éxito sin importar la cuota de muertos que dejo bajo de mi cerro de triunfos. Este individualismo, que nos lleva ligeramente y sin alerta a opinar sobre los actos de los demás, ejerciendo una división artificial, que nos hace crear esta noción del "Nosotros", los buenos, los ciudadanos correctos y respetuosos, y la noción del "Ellos", los violentos, lo vándalos, los delincuentes, los destructores...
En lo personal, no tengo la consciencia en paz, porque yo también soy y me siento responsable de los actos violentos de estas personas, pues todos somos parte y responsables de la construcción, mantención y elección de los valores de esta Sociedad, todos somos Uno, y cuando veo a alguien dañando uniformados o bienes públicos y privados, no me puedo abstraer de la responsabilidad que tengo en ello, ya que con mi silencio, mi permisividad y mi indiferencia también ayudé a generar esa rabia, impotencia e injusticia.
Durante muchos años, los "Nosotros" bajo la alienación del sistema que nos rige, nos dedicamos a trabajar, estudiar, etc., sin hacernos de tiempo para informarnos adecuadamente de lo que sucedía, nos dejamos engañar por décadas por los políticos, en quienes confiamos cándidamente que nos cuidarían y velarían por nuestros intereses, pues ellos habían luchado y recuperado la democracia. 


Muchos años en que fuimos los peores, los cómplices, esos ayudantes de lo injusto bajo el velo del silencio y la pereza, que veíamos como a los niños (SENAME por ejemplo) les hacían añicos sus vidas, sin pensar que algún día serían grandes, y llegarían a las calles a manifestar la rabia de sus vidas, las violaciones, el abandono, el maltrato, la falta de afecto, etc., y ahí los tiene Ud., los puede ver en platea en los medios de comunicación social, rompiendo una señalización y preguntándonos explícitamente a nosotros "Qué hicimos por ellos durante tantos años", "Por qué tanto tiempo solos y desamparados, qué hiciste tú que estas en el grupo de los buenos y los correctos". 

Debemos urgentemente cambiar la visión individualista, dar un salto socio espiritual para salir del propio ombligo y metro cuadrado, y pasar a una sociedad de colaboración, dejar la estúpida competencia y hacernos responsables y solidarios (pero de verdad) con la persona que está a mi lado, y un poco más allá.

viernes, noviembre 01, 2019

Cadena de Concesiones

Lamentablemente esta entrada pensaba publicarla hace varias semanas, antes que sucediera la revolución social de descontento en Chile, pero la ola inevitable me ganó.

La idea era reflexionar sobre la discusión del proyecto de ley que buscaba bajar la duración de la jornada laboral semanal a 40 horas, ya que provocó una acalorada controversia y  resistencia por parte de un sector del país.

El tema pasa por analizar la nueva negativa del sector empresarial para acceder a una propuesta tan legítima y necesaria para la calidad de vida humana de los individuos.

Y me refiero a nueva negativa, porque constantemente toda propuesta de cambio que implicara una sacrificio por parte del sector empleador o dueña del capital, se sometía a un sistemático y predecible rechazo, arguyéndose los más novedosos y catastróficos argumentos.

Así ha sido como variados e innumerables tópicos han sido propuestos y desechados de modo casi automático, entre ellos, y acotándolos al tema laboral previsional, tenemos el sueldo ético y los cambios al sistema de Administración de Fondos de Pensiones (AFP).

Frente a peticiones a gritos de cambios, constantemente la respuesta definitiva ha sido: NO.

Respecto a la reducción de la jornada laboral, y sin analizar ni siquiera la diferencia que hay con el resto de los países que tomamos como modelo a alcanzar, es claramente un beneficio que no resiste mayor análisis, pues el equilibrio entre los mundos laboral, familiar y personal de un trabajador va en directa relación con su calidad de vida, con su realización emocional y espiritual, en definitiva, con su felicidad. Increíblemente, todos estos ámbitos nombrados pasarían a desarrollarse cada uno de manera más eficiente, incluyendo de todas maneras el mismo plano laboral: sí, aumenta la producción, para que les quede claro a los empleadores.

Mención aparte requiere la salud mental, pues somos un país sumido en la depresión, y esto no pasa por tratar constantemente con gente irritada, contar los suicidios o ver a la gente hecha pedazos en las calles, son datos duros otorgados por la misma OCDE.

En suma, estamos frente a un nuevo y necesario planteamiento que cuenta con numerosos fundamentos para ser considerado y aprobado a nivel legislativo, sin embargo, esta máquina no quiere ser detenida, no hay voluntad que quiera sacrificar y ceder un espacio de sus derechos o privilegios.

Una sociedad, en la que operan distintos bloques de intereses, requiere de acuerdos y concesiones frente a temas controvertidos, pero....cuando uno de estos interesados no quiere, a lo largos de décadas, ceder sacrificar y tranzar alguno de sus intereses, se rompe la paz, se acaba con la sana convivencia y se producen las crisis como la que nació en octubre de 2019 en Chile.

La cadena de concesiones, de transacciones, está rota por la ambición sin límites de un grupo social de poder que creyó que podía imponer su postura infinitamente en el espacio y tiempo en que conviven con millones de seres humanos que claman desesperadamente por oportunidades para ser feliz en un mundo enfermo, egoísta y competitivo.

Esta cadena de concesiones, por lo inclinada que lleva tanto, tanto tiempo, es necesario nivelarla dando varios pasos en pro de la familia, institución clave en la formación de personas sanas, felices y adaptadas a una sociedad que tiene que mejorar urgentemente.

De esta forma, el primer paso, necesario y forzoso es rebajar la jornada laboral.
Con ese paso, las personas podrán contar con algo de tiempo para poder compartir en familia y/o desarrollar actividades de índole personal que eleven sus estándares de calidad de vida.

Una vez que las personas puedan estar más tiempo disponibles, debe seguir la modificación o eliminación de la Jornada Escolar Completa, acabando con la concepción velada que los establecimientos educacionales deben funcionar como verdaderas guarderías. Así, niños y adolescentes podrán, asimismo, desarrollar sus vidas en familia y desarrollar actividades complementarias que los ayuden en su formación de seres humanos integrales.

Luego, como sociedad debemos eliminar la concepción de sujeto de consumo, y dejar de vivir para consumir, tarea compleja, pero que podrá ser claramente impulsada si como país nos ponemos de acuerdo con transformar nuestro Estado desde un ente subsidiario y secundario, en un Estado Social de bienestar de sus habitantes.

Esta cadena de concesiones se ha visto absorbida por un océano, ya que son muchas las concesiones que han pasado a la palestra. Gran pena que nuestros representantes, elegidos por la voluntad soberana no hayan escuchado a tiempo los gritos desesperados de sus mandantes; en vez, solo se centraron en las exigencias de los poderes económicos que tienen comprados todos los elementos y puntos claves del funcionamiento estatal, generando una violencia estructural desde sus cimientos hasta la cúspide.

Es hora de cambios.



domingo, noviembre 04, 2018

¿Inventando Culpables para un futuro desempleo?

(...) Se echó a reír. Era una risa inhumana, la risa más mecanizada que había surgido jamás. Era aguda y explosiva, regular como un metrónomo y sin matiz alguno. -Fíjate en ti -dijo finalmente-. No lo digo con espíritu de desprecio, pero fíjate bien. Estás hecho de un material blando y flojo, sin resistencia, dependiendo para la energía de la oxidación ineficiente del material orgánico..., como esto -añadió señalando con un gesto de reprobación los restos del bocadillo de Donovan-. Pasan periódicamente a un estado de coma, y la menor variación de temperatura, presión atmosférica, la humedad o la intensidad de radiación afecta vuestra eficiencia. Son alterables. Yo, por el contrario, soy un producto acabado. Absorbo energía eléctrica directamente y la utilizo con casi un cien por ciento de eficiencia. Estoy compuesto de fuerte metal, estoy consciente constantemente y puedo soportar fácilmente los más extremados cambios ambientales. Estos son hechos que, partiendo de la irrefutable proposición que ningún ser puede crear un ser más perfecto que él, reduce vuestra tonta teoría a la nada.
Isaac Asimov."Yo, Robot" (1950)




Muchos ya hemos usufructuado de las comodidades que el comercio electrónico nos trae, por ejemplo comprando los más diversos bienes a empresas del retail, sintiendo la emoción cuando los productos llegan directo a tu hogar, tal cual niño se alegra de la llegada de los regalos de Santa Claus.
No cabe duda que esta forma de comercio es muy conveniente para estas empresas, en cuanto a lo que en economía de costos refiere, pues se dan cuenta que era efectivo que podían empezar a ahorrarse espacios en sus bodegas, y prontamente a los trabajadores que tienen que mantener en sus establecimientos comerciales.
Jugando a la literatura de anticipación, en un futuro mediano o largo, prescindir de los trabajadores será una realidad muy cruda. 
Ahora bien, este costo social tan impopular tiene que contar un chivo expiatorio. Como estrategia de imagen corporativa y comercial ¿A quién le echarían la culpa las empresas? Claramente a nosotros, a los que ocupamos el celular para hacer compras a distancias, a nosotros, los clientes cómodos que dejamos de ir físicamente a las tiendas para no movernos de nuestro sillón.
Pero para ayudar a provocar este cambio ¿Cuál será la jugada previa?
Disminuir la cantidad de trabajadores que atiendan, y a los pocos que hayan, capacitarlos de modo deficiente, para que puedan ayudar lo menos posible, haciendo de la compra en tienda una experiencia poco grata, que nos lleve a cuestionarnos el motivo de por qué mejor no compramos vía internet, que es tan fácil, y me hubiera ahorrado la venida tan nefasta a buscar vanamente a chicos que me atendieran para comprar unas zapatillas.
¿No es que ya le está pasando?

viernes, mayo 20, 2016

Sueldo Ético: el olvido de los Precios Éticos

Hace poco tiempo, y por segunda vez en Chile, se colocó mediáticamente en tabla el tema del Sueldo Ético, con el Obispo Alejandro Goic como su precursor, avaluándolo en $400.000, versus los $250.000 a que asciende hoy el sueldo mínimo. Para concluir la suficiencia de la cifra el ejercicio no requiere de mucha ciencia ni de complejos cálculos, es cosa se sumar los distintos desembolsos que debe realizar una familia al mes, y claramente nos quedamos cortos. 
Ahora bien, el enfoque del problema resulta errado e incompleto, pues la autoridad eclesiástica no puede olvidar dentro de su razonamiento que no todo termina con el monto de las remuneraciones, sino que debe ser complementado con el monto ético de los precios en que se tranzan en el comercio los productos del diario vivir.
Qué obtenemos con subir el sueldo mínimo, si como contrapartida nos enfrentamos a un monstruoso mercado dominado por oligopolios, gobernados por numerosos y supuestamente ocultos pactos para arreglar los precios, denominados colusiones.
De esta manera, conjuntamente con la lucha por un sueldo ético, nos preguntamos dónde queda la pelea por los precios éticos, con un pertinente cuestionamiento acerca de cuánto es lo que éticamente un comerciante puede buscar de utilidad con la venta de un producto o la prestación de un servicio: ¿30%? o un ¿50?....en la práctica los porcentajes son mucho, mucho más que eso.
Como consecuencia, la gran mayoría de la población chilena se encuentra endeudada o sobreendeudada,  con motivo de habernos transformado paulatina, pero eficazmente, en seres de consumo, nacidos y hechos para comprar lo necesario y lo no tan necesario, y para ello no hay tapujos si es menester sobrepasar la capacidad mensual de pago recurriendo a créditos suicidas.
Y lo más triste es que esta falta de competencia, esto es, la falta de una auténtica economía de mercado, afecta a los sectores más pobres, "pues son los sectores que destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a adquirir bienes y servicios de mercados altamente concentrados".
Resulta tremendamente difícil poder imponer en nuestro país un sistema eficiente de lucha en contra de los enemigos de la libre competencia, pues los cambios institucionales y legales se encuentran trabados por los mismos beneficiarios del actual estado de cosas.
Poner el tema en la palestra, dejar de ser seres consumistas y empezar a reclamar por nuestros derechos es la llave para empezar a abrir puertas de los cambios que se están pidiendo a gritos.

jueves, enero 29, 2015

El Poder de las Experiencias

Somos máquinas de la naturaleza, programadas genética y biológicamente para tener un nacimiento, desarrollo y reproducción lo más óptimos posibles.
Dentro del desarrollo, contamos con una serie de herramientas para desenvolvernos exitosamente; dentro de ellas, contamos con un espectacular banco de memoria, cuya función comprende un fuerte componente emocional alojado en nuestro cerebro, específicamente en el hipocampo. De este modo, a cada registro fáctico experimentado, es asociado a una emoción: si esa emoción es placentera, se produce un refuerzo y se buscará repetir en lo futuro; por el contrario, si la emoción es desagradable, se buscará evitar la reiteración de dichas situaciones dolorosas.

Gracias a este mecanismo, el ser pudo evolucionar al aprender a inclinarse por lo que le significaba bienestar, y repudiar lo que le causaba dolor. Por ejemplo, cuando el hombre tuvo su primer contacto con cierta fruta, hubo un primer valiente que se atrevió a probarla, y al comprobar que su sabor era agradable, y que no habían efectos negativos en el organismo, existió un refuerzo positivo que llevó a aceptarla dentro de la parrilla de alimentos consumibles en el medio. Por otra parte, cuando se enfrentaron a una culebra, y se dieron cuenta que atacaba repentina y rápidamente, con consecuencias mortales en algunos casos, ello la transformó en un peligro, en una fuente de dolor, así que se descartó como ser domesticable y se pasó a tenerle miedo y repelerla o evitarla en lo futuro.
El tema es que la fuerza radical de estas grabaciones asociativas, que no buscan distinciones circunstanciales, también pueden traer un efecto lateral no querido. En efecto, todos los hechos similares o conectados con la situación aborrecida tendrán el mismo efecto.
Así, cuando nos enfrentamos a algo desagradable o que puede provocar dolor, el cuerpo responde con descargas hormonales, generando ansiedad y estrés, de modo que si la culebra del ejemplo fue enfrentada en una cueva, el poder de las asociaciones nos llevará también a evitar las cavernas.
Este mecanismo lo seguimos utilizando en la actualidad, tal cual, pues aun lo necesitamos, independiente que algo hayan mutado las circunstancias que nos rodean y las cosas a las cuales nos enfrentamos.
 En consecuencia, la utilidad de esta información la podemos hacer nuestra aliada cuando nos damos cuenta qué cosas son las que nos provocan ansiedad, o también cuando algo nos esclaviza en algún tipo de adicción.
Los ejemplos son los mismos, pero adaptados a sucesos de nuestra época. En cuanto a lo desagradable, si en la básica sufriste la humillación o burla de tus compañeros en un contexto de exposición pública, el cerebro conectará esta experiencia con estrés y dolor, por una apabullante vergüenza. Con ocasión de esto, en lo futuro se evitará la producción de este evento, y si correspondiese dar alguna disertación ante público en algún momento, el cerebro te avisará inconscientemente que ese suceso te podría provocar dolor, por lo que debes huir. Y ahí aparece el auténtico estrés, con ansiedad, sudoración, dificultades respiratorias, etc.
Si somos capaces de ser autoconscientes de las emociones que nos embargan frente a un determinado estímulo, tenemos que tener la claridad que la asociación automática de tu mente no tiene porqué producirse, pues lo que acaeció en el pasado corresponde a otra época, otra etapa de madurez, y a otro contexto.
Este trabajo también debe complementarse con la relajación y el trabajo corpóreo respiratorio (aspecto que lo trataré en otra entrada).
En lo pertinente al placer, también hay que tener sumo cuidado, pues todo lo que causa agrado es una eventual fuente de adicción, y lo peor para el bienestar es encontrarse gobernado por fuerzas alienantes que llevarán irremediablemente al constante arrepentimiento y culpa.

miércoles, julio 31, 2013

Vaciar la taza

Nos podemos dar cuenta que "el aprender" no es un proceso sencillo, sobre todo si adquirimos conciencia de los numerosos obstáculos que pueden entorpecer la aprehensión de nuevos conocimientos y destrezas.
Sin duda, las disposiciones física, emocional y mental son básicas en ello; una manifestación de esa disposición es el deber del aprendiz de vaciar la taza, esto es, despojarse de los juicios que se arrastran de la historia de vida y de experiencias pasadas; liberarse de esas piedras cognitivas, alimentadas de ego y presunción, que en vez de dejarnos tomar datos limpios, suelen impedirlo llevándonos a oír sólo lo que queremos oír, y a ver lo que creímos haber visto alguna vez.
No se puede perder la espectacular oportunidad de hacernos de nuevos conocimientos, bajo la premisa de la humildad y la conciencia que en cada oportunidad son distintas las maneras de ver las cosas: así Ud. cuando vio una película a los 12 años aprendió cosas que no son las que aprenderá hoy que tiene 40...cada día nuestra historia vital es distinta, y por tanto cada día que sucede nuestra visión de las cosas y de la vida muta, por más que pueda pasar inadvertido.