¿Cómo podríamos aportar en los procesos sociopolíticos desde nuestra visión espiritual?
"Seguro muchos habéis visto Braveheart, o Corazón Valiente. En esa película, Mel Gibson, William Wallace, se levanta ante las barbaridades que están haciendo los ingleses, que han invadido Escocia. Conmovido por el dolor que el mismo está viviendo y la gente de su alrededor, se levanta, lo hace con su corazón libre, le hizo caso a su padre: “tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso”, y se puso al frente, encabezó una revolución contra los ingleses. Nadie creía en él, muy pocos lo hicieron, pero el entusiasmo era tal que empezaron a ganarle la batalla a los ingleses, contra todo pronósticos: unos pocos le ganaban a los ingleses.
Eso hizo que a William Wallace se le empezara a unir más gente. En la película se ve bien, que de los que se les van uniendo, muchos de ellos no lo hacen a la causa, sino a ver qué puedo sacar yo de esto.
Ahí hay un choque, “todos van al campo de batalla”, pero unos van a dar lo mejor de sí, para los demás, y otros van a ver qué tajada puedo yo sacar de este lío. Así, hay un momento en la película en que la contradicción se hace patente, y aquellos que se han acercado a Wallace buscando lo suyo, que le llaman los negociadores, por que le dicen que “hay que negociar con los ingleses”, y William les dice “¿Hay que negociar con los ingleses? ¡A los ingleses lo que tenemos que echarlos de Escocia!”, y ellos insisten diciéndole que como le estaban pegando a los ingleses y estaban débiles, es el momento de negociar, hacer un pacto de paz y lograr tierras para nosotros, títulos nobiliarios, prebendas y privilegios, y Wallace los mandó a freír espárragos obviamente, porque él no está para conseguir tierra para él ni las demás cosas, sino para liberar a su pueblo de la opresión.
Sucede que los ingleses no pueden con él, pero los negociadores sí, pues como están en su bando, lo traicionan, y le tienden una trampa para que lo capturen, y muere en tortura, gritando libertad, que es como concluye la película.
Y esto porque lo cuento: porque es la historia de los movimientos sociopolíticos humanos, siempre hay gente de corazón, y siempre hay negociadores. Siempre hay gente que de corazón, de verdad, genuina y auténticamente hay algo que le mueve ante la injusticia, ante la opresión, ante la miseria, y están los que van pegaditos a lo que les conviene para ver “qué yo saco de aquí”.
Repasad todas las revoluciones: EN TODAS HA PASADO LO MISMO.
Y mientras que esta humanidad siga siendo la que es, seguirá pasando igual, porque las personas que van de corazón jamás van a utilizar las estrategias, las trampas, y las traiciones de los que van a por ellos.
Por eso precisamente las tradiciones espirituales nos dicen que esta humanidad tiene un final (no del mundo, ni de la humanidad, sino de esta generación).
Es imposible que haya una nueva humanidad, en la que haya almas encarnadas, que por su bajo estado de consciencia sigan siendo negociadores, es decir, sigan siendo los que van a lo suyo. Porque pueden haber 10 mil que estén actuando de corazón, y uno que vaya a los suyo y eche todo abajo, pues mientras haya ese uno, utilizará la puñalada trapera, la mentira, la traición, etc., malas artes que los demás no las van a utilizar, porque de corazón ya están en otro estado de conciencia, por tanto, los movimientos sociopolíticos no sirven de nada.
Ahora bien, los que entran a ellos de corazón, les está posibilitando avanzar en su estado de consciencia, le está aportando experiencias que crecen, sembrando cosas que su alma va a recoger cuando desencarnen.
Con esto no llamo a la inacción, sino a la acción consciente. Las ideologías solo han servido para dividir, al servicio de la élite, que nos dividen en facciones, que nos engañan como a bobos porque ellos llevan la bandera roja, blanca, azul y la amarilla, e influyen por todos lados, para salirse con la suya".
(Extracto de respuesta dada por Emilio Carrillo en Festival de MCA Canal)